Todos los niños españoles de 3º de primaria (8 años de edad) tendrán que someterse a un examen de evaluación al concluir dicho curso. Esta es una de las novedades que se plantea en el anteproyecto de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), presentada la semana pasada, por el ministro Wert, en le Consejo de Ministros.
La prueba tiene por objetivo comprobar si los alumnos han adquirido todos los conocimientos necesarios para su edad en las materias de Lengua y Matemáticas y pretende ser una herramienta para la detección precoz de los problemas en el aprendizaje. De esta forma, los profesores podrán tomar medidas “excepcionales” para el adecuado desarrollo educativo, entre ellas la repetición del curso por parte de aquellos alumnos cuyos resultados en la prueba no se consideren adecuados. Todo esto según informaciones del Gobierno.
Este sistema de evaluaciones se extenderá a todas las etapas educativas, ya que según el gobierno, son una herramienta muy útil para conseguir una educación de calidad, permitiendo detectar las carencias de conocimiento a tiempo y elevando el nivel de exigencia de alumnos y profesores, que deberán tener muy claros los objetivos a alcanzar.
Por lo tanto la realización de pruebas de evaluación no solo se realizará en 3º de Primaría, sino también en 6º de Primaria, 3º de ESO (recordemos que el curso de 4º de ESO se verá modificado) y al concluir los Ciclos Formativos de Grado Superior y el Bachillerato. Estas evaluaciones externas serán diseñadas por el Gobierno en cuanto a los conocimientos correspondientes a las enseñanzas mínimas y por las Comunidades Autónomas en el resto de las enseñanzas.
En el caso del Bachillerato si no se supera la prueba no se obtendrá el título de bachiller, pero sí un certificado que acredite la superación de todas las materias del Bachillerato, que será válido para el acceso a la FP de Grado Superior.
Incluso los directores de los centros educativos se verán obligados a someterse a sus propios sistemas de evaluación. El anteproyecto de la LOMCE pretende exigir un nuevo requisito a los directores de los centros, ya que para poder acceder a la dirección será necesario haber superado un curso selectivo sobre el desarrollo de la función directiva. Además a la hora de elegir un director también se valorará la experiencia previa.
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