Tras la aprobación de la nueva Ley de Educación (LOMCE), la Selectividad o PAU desaparece como prueba obligatoria para acceder a la universidad, aunque si bien inicialmente se planteó que pudiese eliminarse ya el curso pasado, finalmente, el real decreto que aprueba su supresión se ha firmado recientemente y no será hasta el curso 2017-2018 cuando esta prueba desaparezca por completo.
De esta forma, los alumnos que estudian segundo de Bachillerato durante el presente año académico 2014-2015, deberán enfrentarse a la prueba de Selectividad en condiciones similares a los años anteriores y previsiblemente, lo mismo sucederá con los estudiantes de los dos próximos años. Aunque la incertidumbre política en materia educativa y el descuerdo de importes sectores del mundo de la educación sobre esta Ley, hacen imposible asegurar que es lo que realmente va a suceder en los próximos años.
En cambio, los estudiantes en posesión del título de Técnico de FP Superior, de Técnico Superior de Artes Plásticas o Deportivo y aquellos procedentes de sistemas educativos extranjeros se verán exentos de realizar las pruebas de Selectividad ya este mismo año 2014-2015.
Para todos los demás alumnos las pruebas de acceso a la universidad se mantienen similares a las de convocatorias pasadas. Se establecen dos fases, una fase general, obligatoria para todos los aspirantes y una fase específica, que es opcional.
La fase general consta de cuatro exámenes, uno de lengua y literatura, uno de lengua extranjera (a elección del alumno), un tercero a elegir entre filosofía o historia y finalmente uno correspondiente a una materia perteneciente a la modalidad de bachillerato que hayan cursado. La nota máxima de esta fase será de 10 puntos y hará media con la nota obtenida durante los dos cursos del Bachillerato, de forma que este último pondera un 60% de la nota final y la prueba de selectividad un 40%. La calificación máxima final es en total de 10 puntos.
Los alumnos que lo deseen pueden realizar la fase específica, que constará de un máximo de 3 exámenes, de los cuales solo se tendrán en cuenta los dos en los que se haya obtenido una calificación más alta, siempre y cuando esta sea superior a 5 puntos.
La puntuación de los exámenes de la fase específica recibe una ponderación de 0,1 o 0,2 por cada punto obtenido, esta ponderación varía según la materia de examen y según la carrera que se desee estudiar, siendo las universidades las encargadas de establecer la ponderación que creen adecuada.
De esta forma, si un alumno obtiene una calificación de 8 en una asignatura que pondera 0,2 para su carrera, añadirá 1,6 puntos a su calificación final. Así, la nota máxima que se podría obtener con el actual modelo de Selectividad es de hasta 14 puntos.