A falta de pocas semanas para que se apruebe el Real Decreto que recoge las bases de la Formación Profesional Dual, este octubre, más de 1.000 estudiantes han iniciado su formación según este modelo, en distintos programas piloto establecidos en varias regiones españolas.
Madrid encabeza la lista de alumnos en este tipo de proyectos, con más de 750 estudiantes, mientras que en Cataluña cuenta con unos 300 alumnos. También algunos centros lo imparten en Baleares y ha comenzado a instaurarse progresivamente en Murcia, donde este año se imparte en los municipios de Cartagena y Molina de Segura.
Este tipo de FP busca ser un remedio a la actual situación de elevadísimo nivel de paro juvenil, que afecta casi al 53 % de los jóvenes españoles. Para ello se fija en el modelo alemán, donde hace tiempo que la existe la FP dual y las tasas de paro son mucho menores.
La principal característica de este modelo es que da una mayor importancia a la formación en empresas. Si bien en la actualidad los alumnos deben superar un periodo de practicas en empresa de tres meses tras finalizar la formación teórica, se plantea que con la Formación Profesional Dual el aprendizaje en los centros de trabajo sea de un tercio del total del curso, mientras los dos tercios restantes se realizan en el centro educativo. Incluso se baraja la opción de que el curso pueda realizarse íntegramente en el centro de trabajo, en el caso de que la empresa disponga de las instalaciones y los medios adecuados y con el personal necesario para llevar a cabo la labor docente.
Como principales ventajas de este modelo para los estudiantes, se encuentra el hecho de que durante sus practicas en las empresas recibirán una remuneración mensual de 400€. Por lo que también se la conoce como Formación Profesional remunerada. Además los estudiantes pueden adquirir el perfil profesional y la formación más demandada por la empresa en la que se encuentre, ya que esta puede instruir al alumno en función de las necesidades detectadas en la misma, por lo que a priori las posibilidades de una incorporación futura en la misma aumentan.
Pero estas ventajas también pueden convertirse en inconvenientes, ya que se corre el riesgo de que los jóvenes se conviertan en mano de obra barata o que los conocimientos impartidos por la empresa estén tan centrados en el perfil requerido por la misma, siendo demasiado concreta y no adaptándose a las necesidades globales del mercado, lo que mermaría sus posibilidades de encontrar un empleo fuera de esa empresa.
Por su parte las ventajas para las empresas que decidan acogerse a los programas de Formación Profesional son claras, ya que conseguirán una reducción de las cuotas de la Seguridad Social.
Muchos expertos coinciden en que la actual Formación Profesional necesita una reforma, pero si esta es la adecuada solamente el tiempo lo dirá.
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