Tras varios viernes de reformas el Ejecutivo envió la semana pasada a Bruselas el documento con el Programa de Reformas, para los próximos años, donde se dedica un importante capitulo al ámbito de la educación.
Como ya era previsible, el Bachillerato y la selectividad se verán notablemente afectados, no solo por los recortes económicos, sino por una importante reforma estructural, si bien, ya no se especula con un Bachillerato de 3 años, sino que se mantiene en dos, reformándose considerablemente el 4º curso de ESO, donde se pretende que se diversifiquen las posibilidades y que las materias optativas permitan enfocar al alumno hacia la formación profesional o hacia el bachillerato.
Se plantea también que para poder obtener el título de ESO sea necesario aprobar todas las asignaturas del 4º curso, ya que el actual modelo permite la obtención teniendo 2 o incluso tres materias suspensas, según de que materias se trate. Otra posibilidad sería la de diferenciar el título con todas las asignaturas aprobadas del titulo con alguna asignatura suspensa. Se pretende así fomentar el esfuerzo del alumnado.
El currículo del Bachillerato también se vería afectado, ya que se quiere conceder mayor importancia a las asignaturas instrumentales y troncales, que según el gobierno necesitan una “concentración de esfuerzos”. De esta forma se mantienen 5 asignaturas comunes en los dos cursos, Educación física, Filosofía, Lengua y Literatura, Historia y Lengua extranjera y se mantendrán las actuales vías, ciencias, letras y artes, por lo que la reforma afectará principalmente a las asignaturas optativas, que se verán disminuidas.
Pero sin duda uno de los aspectos más llamativos es la reforma de la prueba de acceso a la universidad, según el ministro Wert, la actual prueba “no selecciona nada” y “carece absolutamente de filtro de acceso a la Universidad”, por lo que aboga por la inclusión de un proceso de evaluación final externa, probablemente similar a la antigua revalida, que limitaría el acceso a la Universidad y la obtención del título de Bachillerato. Además es probable que las facultades puedan imponer sus propias pruebas de acceso específicas, como ocurre actualmente en Bellas Artes.