Este nuevo modelo de Formación profesional pretende ser similar al actual modelo alemán, donde se potencia el aprendizaje práctico, combinando clases regladas con formación retribuida en centros de trabajo. Se pretende conseguir así un triple objetivo:
- Uno, favorecer, como dicen los franceses, la “inteligencia de las manos”, es decir, potenciar las artesanías y oficios, actualmente más demandados en el sistema productivo y cuyos profesionales han disminuido en los últimos años a causa del auge de las enseñanzas universitarias.
- Dos, crear un sistema más flexible y que fomente el interés de los jóvenes que, en principio, no deseen acceder a enseñanzas superiores.
- Tres, incorporar incentivos económicos, para evitar el pensamiento de que estudiar puede ser una perdida de tiempo o de dinero y así favorecer la formación de la ciudadanía.
Ya existen en la Comunidad de Madrid dos proyectos piloto, que están aplicando estos principios, uno en el área de las telecomunicaciones y otro en el área aeronáutica.
Pero este nuevo sistema también tiene detractores, ya que este modelo deja en un segundo lugar la formación académica, en el aula, que para muchos son fundamentales en el desarrollo de la persona, convirtiendo al alumno en un mero aprendiz, sin favorecer su desarrollo personal e intelectual. Además existen dudas de que el actual tejido productivo español sea suficiente para dar cabida al gran número de estudiantes de este tipo de enseñanzas, más aun teniendo en cuenta que es probable que su número aumente.